Territorios, amores y cosechas
Los cantos de la llanura atlántica marroquí son cantos ligados a la lluvia, las cosechas, el arado, el amor y la prodigalidad de una naturaleza generosa que no cuenta sus beneficios. La generosidad de la naturaleza responde al canto de los hombres y mujeres realizados. Este himno varía significativamente de una región a otra pero siempre en el mismo registro el de una ruralidad feliz. Pero a veces, cuando es necesario, el Aïta puede ser un canto de liberación contra el opresor, de lucha contra la injusticia y por la emancipación de hombres y mujeres. Antiguos caïds conocidos como partidarios del protectorado han sido objeto de cantos de denuncia y revuelta que han marcado generaciones enteras. La ligereza festiva en la que algunos quieren mantener este arte ancestral no se sostiene porque el Aïta es ante todo la expresión de una densa y prolífica epopeya humana.
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